Recientemente
se presentó en España el estudio Delphi “La revolución digital del talento
conectado” que explica cómo la transformación digital está cambiando por
completo la manera de trabajar dentro de la organización. Las empresas y sus
equipos no solo han tenido que adaptarse a los cambios del mercado, sino que, a
la forma de influir en la gestión del talento interno.
Talento
diferente: en las empresas están conviviendo personas de tres o más generaciones
diferentes, pero en poco tiempo, la mayoría del personal serán Millenials, lo
que significa competencias y motivadores diferentes. Son profesionales
hiperconectados, súper informados, con alta pasión por la tecnología,
acostumbrados al cambio y con una capacidad de auto dirección, ello obliga a
que los estilos de liderazgo sean diferentes para poder potenciar el talento de
esta generación.
La
gestión del cambio entonces debe cambiar, las empresas mundiales están
entrenando a su personal en el manejo de redes sociales para que se conviertan
en los mejores embajadores de la marca, además de una formación “in branding”
que les permita generar mayor identificación y cercanía con los públicos.
En
diversas columnas hemos insistido en la necesidad apremiante de consolidar
nuevas competencias en el trabajo. Mayor flexibilidad, capacidad de
aprendizaje, resiliencia y generosidad. La inteligencia emocional es hoy una
premisa fundamental que se convierte en mayor nivel de inteligencia colectiva.
Comunicación
abierta. Es fundamental aprovechar los mecanismos y herramientas tecnológicas
para mejorar los procesos de comunicación, la interacción entre los equipos de
trabajo debe ser más abierta, clara y transparente, con ello lograremos mejores
resultados en las operaciones diarias.
La
flexibilidad y movilidad son otras de las modalidades que están tomando fuerza
en el mundo laboral, mayores libertades de trabajo en lo que se refiere a
tiempo y espacio, siempre con los debidos controles e indicadores de medición.
Todo
ello basado en un liderazgo basado en la confianza, que más que controles
exista una actitud persuasiva para identificar necesidades, una capacidad de
dirección muchas veces remota por las propias necesidades de la operación y
elevar los niveles de libertad pero también de responsabilidad de todos los
involucrados.
A
partir de que las organizaciones ponen en el foco de su estrategia a las
personas, cambia su estilo de gestión y los resultados que alcanzan. La
optimización de los recursos es necesaria para la supervivencia de las
empresas, y el elemento más importante es el capital humano. La gestión y el
compromiso de los equipos de trabajo es lo que determinará los resultados. Para
Joan Carles March Director de la Escuela Andaluza de Salud Pública, la clave
para desarrollar organizaciones con alma es provocar en el equipo de trabajo:
humildad, humor, habilidades y heroísmo. Así de retadores son los escenarios
para los líderes modernos.