jueves, 30 de julio de 2015

Formas de gestión del talento interno como clave para elevar la competitividad.


Recientemente se presentó en España el estudio Delphi “La revolución digital del talento conectado” que explica cómo la transformación digital está cambiando por completo la manera de trabajar dentro de la organización. Las empresas y sus equipos no solo han tenido que adaptarse a los cambios del mercado, sino que, a la forma de influir en la gestión del talento interno.


Talento diferente: en las empresas están conviviendo personas de tres o más generaciones diferentes, pero en poco tiempo, la mayoría del personal serán Millenials, lo que significa competencias y motivadores diferentes. Son profesionales hiperconectados, súper informados, con alta pasión por la tecnología, acostumbrados al cambio y con una capacidad de auto dirección, ello obliga a que los estilos de liderazgo sean diferentes para poder potenciar el talento de esta generación.


La gestión del cambio entonces debe cambiar, las empresas mundiales están entrenando a su personal en el manejo de redes sociales para que se conviertan en los mejores embajadores de la marca, además de una formación “in branding” que les permita generar mayor identificación y cercanía con los públicos.


En diversas columnas hemos insistido en la necesidad apremiante de consolidar nuevas competencias en el trabajo. Mayor flexibilidad, capacidad de aprendizaje, resiliencia y generosidad. La inteligencia emocional es hoy una premisa fundamental que se convierte en mayor nivel de inteligencia colectiva.


Comunicación abierta. Es fundamental aprovechar los mecanismos y herramientas tecnológicas para mejorar los procesos de comunicación, la interacción entre los equipos de trabajo debe ser más abierta, clara y transparente, con ello lograremos mejores resultados en las operaciones diarias.


La flexibilidad y movilidad son otras de las modalidades que están tomando fuerza en el mundo laboral, mayores libertades de trabajo en lo que se refiere a tiempo y espacio, siempre con los debidos controles e indicadores de medición.


Todo ello basado en un liderazgo basado en la confianza, que más que controles exista una actitud persuasiva para identificar necesidades, una capacidad de dirección muchas veces remota por las propias necesidades de la operación y elevar los niveles de libertad pero también de responsabilidad de todos los involucrados.



A partir de que las organizaciones ponen en el foco de su estrategia a las personas, cambia su estilo de gestión y los resultados que alcanzan. La optimización de los recursos es necesaria para la supervivencia de las empresas, y el elemento más importante es el capital humano. La gestión y el compromiso de los equipos de trabajo es lo que determinará los resultados. Para Joan Carles March Director de la Escuela Andaluza de Salud Pública, la clave para desarrollar organizaciones con alma es provocar en el equipo de trabajo: humildad, humor, habilidades y heroísmo. Así de retadores son los escenarios para los líderes modernos.

jueves, 23 de julio de 2015

¿Cómo atraer y mantener al talento creativo? Otro reto del liderazgo moderno.

Sin duda el mantener un equipo de trabajo talentoso es uno de los retos principales de los líderes modernos, para ello hay que armar estrategias claras e innovadores para reclutar a los mejores y preservar un ambiente creativo entre el equipo de trabajo.


Los expertos reconocen algunas acciones muy claras para identificar y reforzar el trabajo de los equipos creativos:


Confía en tú equipo. Estamos inmersos en un amiente de desconfianza, todos dudamos de todos, nos cuidamos todo el tiempo y creemos que la gente hace y dice cosas para afectarnos, crear un ambiente de confianza en el equipo de trabajo es un pilar fundamental para que fluya el ánimo y el talento de las personas.
La crítica constructiva. Somos una sociedad acostumbrada a señalamientos negativos, siempre hay algo malo de lo cual hacer mención, pocas veces somos capaces de generar un comentario destinado a mejorar, mientras los equipos de trabajo no entiendan que la crítica constructiva hace crecer, será muy complicado que se alcance una madurez en el ambiente de trabajo.


Proponer alternativas. Una actitud propositiva es otro de los esquemas indispensables de mejora, suele ser sencillo señalar fallas o carencias, lo complejo es poder hacer propuestas de mejora que ayuden a elevar los resultados.


Prestar ayuda. Pocas veces estamos dispuestos a ayudar, preferimos que nos ayuden, sin embargo la premisa debe ser desarrollar un espíritu de servicio a toda prueba que permita que los equipos de trabajo fortalezcan competencias de solidaridad y acciones colaborativas.


Escuchar con atención. Es necesario dejar de esperar solo que nos escuchen, hay que guardar silencio por un momento y poner atención a lo que los demás requieren, ser empáticos atendiendo las necesidades del equipo de trabajo para poder aportar propuestas y acciones que resuelvan problemas comunes.


Reconocer los resultados positivos. No hay valor más noble que reconocer los logros y alcances de las personas, la necesidad de reconocimiento es inherente al ser humano y una de las fuentes de motivación más importantes en la vida laboral, por lo que no hay que dejar de buscar mecanismo que incentiven esta práctica.
Se amable. La gentileza es una de las mayores virtudes del ser humano, pocos tienen esta capacidad para ofrecer a los demás, quienes la alcanzan marcan una diferencia contundente del resto y consiguen que los equipos de trabajo colaboren de forma más adecuada y efectiva.


Compartir conocimiento. La experiencia y capacidad son valores que en la medida en que sean compartidos con el resto cobran mayor relevancia, no se trata solo de saber, hay que compartir para crecer y producir, el liderazgo efectivo comparte habilidades y talentos y construye una inteligencia colectiva mucho más productiva.
Ofrecer pequeñas sorpresas. No siempre se trata de asuntos materiales, hay cientos de formas de poder agradecer y recompensar, las personas necesitamos un estímulo permanente para saber que avanzamos y somos mejores, la creatividad es vital para poder ofrecer recompensas adecuadas a los equipos de trabajo.



No se trata de una receta mágica, más bien de acciones que aunque parecen sencillas pueden marcar la diferencia en los estilos de liderazgo, la competencia es cada vez más agresiva, por lo que es necesario volver a los valores básicos para crear un valor agregado.

jueves, 16 de julio de 2015

Liderazgo disruptivo, un reto latente en las organizaciones.

En la mayoría de las empresas la innovación se ha convertido en la gran prioridad organizativa. Y resulta que dónde antes se hablaba de innovación continua ahora se habla de innovación radical o incluso de innovación disruptiva. Aquella que según Clayton M. Christensen  supone cambios complejos en procesos, productos o modelos de negocio que implican cambios competitivos en el mercado. El sueño o la pesadilla de toda empresa.


Efectivamente, son cada vez más sectores como el editorial, medios de comunicación, banca, seguros o relacionados con turismo dónde por la digitalización o por otros fenómenos existe una percepción compartida que están inmersos en cambios disruptivos.  Aunque sobran los elementos que indican que la aceleración tecnológica y empresarial convierte cualquier sector en un sector potencialmente disruptivo.


Aunque generar una dinámica de innovación disruptiva pueda ser un deseo de muchos líderes es complejo diseñar estrategias para crear este tipo de innovaciones que dada su naturaleza, sólo tras muchos años es posible saber si los cambios introducidos son cambios en verdad radicales. Lo cierto es que muy frecuentemente la innovación disruptiva nació cómo combinación de ideas donde no se perseguía una naturaleza disruptiva.


Por ello la única estrategia clave para conseguir innovaciones que nos den verdaderas ventajas competitivas -innovaciones disruptivas- a decir de Virginio Gallardo estudioso de los procesos organizacionales, es introducir el máximo número de innovaciones continuas y radicales sabiendo que alguna de ellas o una combinación de estas puede ser la que finalmente acabe en disruptiva y que con ello estamos multiplicamos nuestras posibilidades de obtener estas ventajas competitivas. Sabiendo además que cualquier innovación es un paso hacía la competitividad, especialmente en sectores con altas tasas de cambio, donde están la mayoría de nuestras organizaciones.



No obstante, los equipos líderes modernos son conscientes del esfuerzo que se debe realizar y las nuevas dinámicas de trabajo de los equipos. Cuándo de una forma abierta le preguntan a los directivos de RRHH cuál debe ser su principal rol en el futuro (ver Estudio de Humannova La revolución del Talento Conectado) señalan que su primera misión será la de Gestión del Cambio, acompañar a sus negocios en los retos más radicales o, incluso, más disruptivos de cambio. Así que los que hoy se debe provocar y producir son liderazgos capaces de generar cambios pensados en innovaciones agresivas.