martes, 10 de febrero de 2015

La INNOVACIÓN, una competencia ineludible en las organizaciones.

Los cambios vertiginosos de la vida cotidiana, las exigencias del mundo moderno, los adelantos tecnológicos y la necesidad apremiante de ser más competitivos nos exige desarrollar competencias fundamentales para la vida, la innovación es una de ellas, una actitud ineludible que requiere de una preparación constante, de una mente abierta pero sobre todo de la capacidad de observar, ser empática y vencer el miedo a cometer errores.


La cultura del liderazgo transformador exige que todas las personas, sin excepción, estemos dispuestas a innovar en nuestros espacios de control, en toda área de trabajo, en cualquier campo del conocimiento la innovación debe ser una constante si es que queremos mantener un nivel óptimo de competencia. Toda empresa u organización debe ser capaz de crear ambientes de innovación, despertar el interés de sus equipos para modelar mejores prácticas de trabajo, desarrollar liderazgos innovadores.


Cada miembro de un equipo tiene su propio talento, los líderes potencian ese talento para construir una inteligencia colectiva que provoque beneficios permanentes y generales, más allá de la función y nivel jerárquico de cada individuo, la contribución a la generación de nuevo conocimiento es hoy una obligación que no se puede evadir. Conectar talentos es el reto mayor de un líder innovador.


Reforzar la cultura organizacional con nuevas prácticas de trabajo, más participativas, con visión de equipo y de largo alcance. Mejorar los sistemas de comunicación para construir espacios donde una simple conversación se convierta en el punto de origen para compartir y generar nuevo conocimiento, transitar del conocimiento tácito al conocimiento explícito, que la cultura de trabajo provoque un ambiente de cambio y aprendizaje continuo. Los líderes creando espacios para aprender y sobre todo desaprender y dar pasos a proceso de trabajo mejor articulados.


La capacidad de gestión es el punto de partida de la innovación, construir equipos de trabajo guiados por liderazgos gestores, capaces de transformar escenarios y modelar nuevos esquemas de trabajo, analizar lo que sucede en el entorno y entender que nuestro reto es mejorar ese ambiente y provocar beneficios colectivos. Si somos capaces de provocar beneficios mayores que incluyan a la sociedad en su conjunto, estaremos respondiendo a la necesidad de liderazgos sociales y competitivos.


Nunca antes las exigencias para los líderes habían sido tan ambiciosas, se requieren perfiles que sean capaces de promover, desarrollar e incentivar el talento de los equipo de trabajo, que hagan de las acciones comunes, prácticas de vanguardia no solo para las empresas y quienes en ellas intervienen sino para la comunidad en general. Líderes cuyas acciones traspasen la influencia de sus organizaciones para dejar huella en la comunidad.


Crear, idear, desarrollar, proponer, experimentar y hasta fracasar para poder innovar, no existe otra forma de hacerlo más que atreviéndose a cambiar paradigmas actuales, dar paso a culturas abiertas al diálogo, a la prospección de escenarios, a la experimentación de modelos diversos hasta alcanzar el conveniente en cada caso. El reto de la innovación es atreverse a ser mejores, seguro se obtendrán resultados más revolucionarios.


Hay que ser ambiciosos, actuar rápido y mantener una mente abierta, es la fórmula de la innovación, no hay otra manera mejor probada que nos permita consolidar espacios de desarrollo y crecimiento personal e institucional. La dinámica del mundo moderno exige profesionales ansiosos por aprender y escalar las barreras de monotonía laboral, los líderes exitosos responden a las demandas más exigentes y solo los que asumen su papel de transformadores son los que construyen y consolidan equipos innovadores y exitosos.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario