jueves, 19 de marzo de 2015

Competencias que construyen Liderazgos. Parte I

Ejercer el liderazgo en las organizaciones modernas implica desarrollar estrategias claves para potenciar el talento de los equipos de trabajo, la globalización económica exige una serie de competencias al capital humano para poder sobresalir en el ámbito laboral. El informe Habilidades de trabajo para 2020, incluido en Tendencias Laborales 2015 de Sodexo, analiza cuáles van a ser las habilidades imprescindibles y que, por otra parte, vienen determinadas por unos factores que están remodelando la manera en la que pensamos en el trabajo: la conectividad global, las máquinas inteligentes, un nuevo ecosistema de medios de comunicación y el aumento de la esperanza de vida, que suponen un cambio en la naturaleza de las carreras y el aprendizaje.

Para ilustrar este cambio, vale mencionar como ejemplo a empresas como oDesk o Live Ops, que pueden formar equipos en la nube para vender, atención al cliente y otras muchas tareas. Otra realidad que nos permite apreciar el contraste y la celeridad del cambio, es lo que sucedía hasta hace apenas un lustro, a la NASA le habría llevado varios años etiquetar millones de fotografías tomadas por su telescopio. Ahora, gracias a sus plataformas de colaboración, esta tarea se puede realizar en sólo unos meses con la ayuda de miles de voluntarios humanos.

Son diez las competencias claves que las empresas globales requieren de su talento humano, en esta entrega comentamos las primeras cinco:

PENSAMIENTO CRÍTICO. El pensamiento crítico es considerado una facultad superior que no puede ser codificada, por eso se demandan habilidades sensoriales que permiten  crear una visión única y crítica para la toma de decisiones. Cuando en la década de 1990 la computadora de IBM, Deep Blue, derrotó al maestro de ajedrez Gary Kasparov, lo hizo a través del procesamiento de datos numéricos (evaluando millones de movimientos por segundo), no aplicando la inteligencia humana. Un ordenador puede ser infalible en una partida de ajedrez, pero si le preguntas si quiere jugar al billar, no sabe de qué estás hablando.

INTELIGENCIA SOCIAL. Que se refiere a la capacidad para conectar con los demás de manera directa para provocar una reacción. En un momento en el que están surgiendo los primeros prototipos de robots sociales, la gama de habilidades emocionales aún es limitada; las máquinas no sienten. Las organizaciones valoran a los profesionales que evalúen rápidamente las emociones de quienes los rodean y, en consecuencia, adapten sus palabras, el tono y los gestos.

ADAPTACIÓN. Se valora la destreza para aportar soluciones y respuestas más allá de lo rutinario o de lo que marcan las reglas. El profesor David Autor, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, ha rastreado los empleos en Estados Unidos durante las tres últimas décadas. Observa que las oportunidades de empleo disminuyen en las habilidades estándar de los trabajadores de cuello blanco y cuello azul, debido a la automatización de actividades rutinarias.

CULTURALIDAD. Para operar en distintos entornos culturales en un mundo conectado, además del dominio de idiomas, necesitas una gran capacidad de adaptación a las circunstancias cambiantes y ser capaz de detectar y responder a los nuevos contextos. La diversidad es el motor de la innovación; y lo que hace a un grupo inteligente es la combinación de distintas edades, disciplinas, trabajos y estilos de pensamiento.

DOMINIO DEL BIG DATA. El pensamiento computacional relaciona la capacidad para traducir grandes cantidades de datos abstractos y comprenderlos. Y no sólo son los datos, las simulaciones también se van a convertir en una experiencia central, en tanto en cuanto comienzan a aparecer en el discurso y en la toma de decisiones.

La necesidad urgente de innovar y reinventarse es sin duda uno de los grandes retos de los profesionales modernos, no basta con la intención, es necesario garantizar ciertas habilidades que garanticen niveles de competitividad suficientes para permanecer activo en el entorno de trabajo. Bien vale la pena analizar cuántas de estas competencias estamos desarrollado para poder competir.

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