Hay estudios e indicadores
que miden la felicidad en el trabajo como los de Noeleen Doherty de la
Cranfield School of Management. Pero los primeros datos que recuerdo que hayan
circulado al respecto son realmente desesperanzadores. El año pasado, por ejemplo,
la Healthy Companies International público un estudio con repercusión mediática
que señalaba que sólo uno de cuatro trabajadores se sentía satisfecho en su
trabajo.
Estos resultados me hacen
pensar que es paradójico que la sistematización de la felicidad que parece que
incluso empieza a estar en la agenda de los gobiernos, no suele estar en
nuestra propia agenda cuando somos los principales interesados en el tema.
Quizás es el momento en que nosotros mismo nos planteemos cuáles son nuestros
propios indicadores de felicidad, cuál es el motor real de nuestras vidas. Por
lo regular no hacemos reflexiones de forma consiente sobre estos aspectos, a
pesar que cuando nos preguntan la mayoría de nosotros nos declaramos
insatisfechos. Por ello es importante poner en relieve algunas acciones que
podrían ayudar a conseguir la felicidad en el trabajo:
Busca algo que te apasione,
todos tenemos aspiraciones y necesitamos dedicarnos a algo que trasciendan a
nosotros mismos.
Clarifícalo, establece
tiempos. La pasión no basta, ponerse metas intermedias, fijarse objetivos a
Corto Plazo ayuda a conseguirlos. Los líderes dan mucha importancia a este
aspecto basándose en el hecho que cuanto más tiempo pasas visualizando,
describiendo y planificando, más analizas las dificultades y hay más
probabilidades consecución.
Determina a que dirás que
no, dentro de la planificación es fundamental determinar a qué renunciar, es
imposible atender todos los compromisos que se presentan, hay que priorizar.
Invierte en tu proyecto,
actuar como inversor implica preguntarte que estás haciendo para conseguir lo
que quieres, se requiere un continuo replanteamiento de actividades en función
de su rentabilidad.
Diviértete, la actitud debe
ser en la medida de lo posible positiva. No se puede dar mucha energía, si la
tarea se hace insoportable, no te pongas retos poco viables que solo te generen
angustia y eleven tu nivel de frustración.
Equilíbrate, los nuevos
proyectos profesionales son una fuente considerable de estrés. Procura mantener
un equilibrio personal y emocional que podría ir desde el ejercicio físico,
escuchar música, hasta la necesidad de desconectar para poder meditar si
avanzas por el camino correcto.
Reinvéntate cada día, que un
buen plan no te estropee una buena oportunidad. Es tan importante tener las
ideas claras como aceptar un buen plan B, que quizás no estaba planificado
porque quizás no sabías de su existencia. Mantén una mente abierta.
Los líderes que transforman
no solo lo hacen con los objetivos técnicos de la empresa, no se conforman con
dar resultados en el trabajo, buscan generar cambios disruptivos también en su
vida personal e influir en sus equipos de trabajo.
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