Como
parte de las competencias y nuevas estrategias de los líderes
transformacionales, quiero escribir ahora sobre las redes sociales corporativas
como nuevo paradigma de colaboración, que a decir de los expertos, mejoran el
sentido de pertenencia y favorecen el clima laboral, sirven para generar y
compartir conocimiento, crean entramados de ayuda mutua y estimulan sinergias,
fomentan el liderazgo distribuido y son útiles para atraer y retener talento,
entre otras bondades. El tema sigue suscitando interés entre empresas que están
dando los primeros pasos y otras que aún no se han atrevido a hacerlo. Aquéllas
que apostaron por esta nueva cultura hablan satisfechas de sus primeros
resultados.
Según
datos de organismos empresariales, este año el 20 por ciento de las
organizaciones ya tendrán las redes sociales corporativas como principal
herramienta de comunicación y vivirán un ritmo anual de crecimiento del 61 por
ciento hasta 2016. La firma especializada Autelsi, que ha elaborado un informe
sobre “Las 20 claves para el éxito del social business” lo considera un asunto estratégico.
Los
expertos califican al social business como una estrategia de innovación y
aseguran que la tecnología y las herramientas sociales son clave en la
actualidad para un CEO por su repercusión en el negocio. Pero también advirtió
que el 80 por ciento de esfuerzos en proyectos sociales no tendrá éxito porque
se enfocan en la tecnología y lo importante son las personas, la colaboración
masiva, el talento.
La
clave de no dar el paso en falso radica en entender que las redes sociales
corporativas implican un cambio de cultura en las organizaciones: apostar por
un nuevo espacio de relación abierto y
espontáneo, en el que pueda germinar la “inteligencia colectiva”. Responden a
una mentalidad más democrática en la forma de comunicarse dentro de las
organizaciones, que animará a la implantación de estructuras menos piramidales
y más cooperativas en las que prevalecerá el conocimiento y no tanto el rango
jerárquico.
Las
ventajas de promover una red de esta naturaleza son diversas porque ayuda no
sólo en el tema de contenidos, sino de contactos, conversaciones y
colaboración. No es lo que sabes, sino a quién conoces que lo sabe, porque
encontrar la información precisa depende de hallar a la persona correcta para
suministrarla y esto agiliza la toma de decisiones. La importancia de este tipo
de redes para la creación y gestión del conocimiento es evidente.
Pero
también tienen un valor enorme para las estrategias de aprendizaje, como
contaba Virginio Gallardo, experto en capital humano, que sostiene que los
entornos sociales más eficientes para el aprendizaje no son entornos creados
para aprender, sino que las comunidades diseñadas para mejorar procesos,
reducir costos, incrementar ventas o analizar nuevos productos serán las
comunidades donde los profesionales aprenderán más porque en el futuro no
estará separado aprendizaje y trabajo, ni aprendizaje teórico y tomas de
decisiones reales. Todos estaremos acostumbrados a una cultura de creatividad e
innovación en todos los niveles de la organización.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario