jueves, 30 de abril de 2015

Reforzando la cultura organizacional, otra gran tarea de los líderes transformadores.

Poner énfasis en lo que somos y en lo que queremos es una premisa fundamental para concretar objetivos. Los valores, conductas, normas de acción, en general la filosofía de trabajo son rasgos que dan fuerza a las culturas corporativas. Es menester de los líderes promover, reforzar y alinear permanentemente los valores de la empresa y de las personas que la integran, generar acciones congruentes y perfiles adecuados que dentro y fuera de la organización practiquen hábitos saludables de trabajo y de vida.


Los especialistas en desarrollo organizacional insisten en algunos pasos que parecen sencillos pero que en la práctica son claves para posicionar la cultura de las organizaciones:


Haz lo que dices que eres, no hay mayor obstáculo de éxito que la falta de congruencia, es frecuente escuchar mensajes que distan mucho de las acciones reales que se practican, es necesario que el discurso escrito en la filosofía institucional tenga una lógica con las acciones emprendidas en cada parte de la operación.


Resalta valores como la transparencia y la honestidad, en medio de los altos niveles de corrupción, impunidad y descrédito de las instituciones, una organización que trabaja con claridad y rendición de cuentas se convierte en un oasis atractivo y poderoso.


Los líderes transformadores son capaces de crear espacios atractivos en el trabajo, entornos en los cuales los clientes internos y externos se sientan orgullosos de pertenecer o tener vínculos con la institución. Hay empresas que han creado una cultura organizacional tan popular que se convierten en el centro de los deseos de su entorno.


Apuesta por los de adentro, cuida, valora y promueve el talento del capital humano con el que cuentas, desarrolla su potencial y desde luego abre nuevas oportunidades para las estrellas externas.


Otro elemento básico es acelerar la conexión y la conectividad humana, no hay herramienta más poderosa de éxito organizacional que el trabajo coordinado de sus integrantes.


Saltar las fronteras de los puestos de trabajo, que los equipos comprendan que su aportación es clave para el logro de los objetivos, que más allá de ocupar un puesto de trabajo, su labor hace la diferencia.


Hay que cuidar los equilibrios de vida, potenciar el bienestar y felicidad de los colaboradores, generar ambientes y estrategias que permitan equilibrar los aspectos claves de la vida.


El cambio, la innovación y la agilidad deben ser valores entendidos y naturales para los integrantes  del equipo, el líder lleva a responsabilidad de ser el ejemplo vivo de estos valores tan demandados en las organizaciones modernas.


La parte filosófica de la cultura organizacional debe reflejarse en lo que sucede en el clima de la empresa, es común encontrarse una brecha enorme entre los que dictan los manuales y lo que sucede en la vida cotidiana de la empresa, así que esto es otro de los grandes retos que enfrentan los verdaderos líderes transformadores.


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